1. |
Hotel de paso
02:01
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Anhelo el viaje en carretera
para estrellar el auto contra el próximo hotel de paso.
Sólo por ver si pasa algo.
Quiero quedarme a vivir allí,
donde el neón avisa que hay cuartos,
televisor, un armario, agua caliente.
Maletas traigo, todas,
las de mis treinta años.
Me quedo dormida
y despierto bajo un camión sobre el asfalto.
Quiero irme con la intermitencia
de las sirenas cantando la extinción de mis fracasos.
Quiero cerrar los ojos,
dejarme ir por la carretera,
que el aire corte mi piel,
que las luces avisen que hay paso y voy bien,
que mi destino sea aquel próximo hotel
donde el vacante anunca que estaré a salvo.
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2. |
Jugando a la Ouija
03:22
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Jugando a la ouija con el dymo.
Aquí estoy, me habéis dejado sola con el vino.
El teléfono suena y no lo voy a coger,
no vaya a ser que nos quedemos sin cobertura
sin paraguas
caen piedras
y ya no quiero salir,
esta noche toca quedarme aquí:
jugando a la ouija con el dymo.
Zombies debajo de mi cama
se prueban mi pijama
y los desconocidos
quieren hablar conmigo
porque no puedo dormir
porque no quiero salir
porque no me da la gana de ir
prefiero
jugar a la ouija con el dymo.
El teléfono suena,
no lo quiero coger
la última vez intentaste leerme el pensamiento
y te colgué
ya sabes cómo me pongo cuando no quiero salir
cuando me río de ti
cuando me da por quedarme aquí
jugando a la ouija con el dymo.
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3. |
Hechizo
04:07
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Me amarás sin tu permiso
y con la vista poseída,
¡caminarás por donde piso!
Las puertas de mi hogar serán tu orientación
y entre tinieblas de mi alma
encontrarás tu salvación.
Me amarás sin controlarlo.
Tu voluntad ya desvanece
mientras mi hechizo crece.
¡No hay forma de pararlo!
Me amarás porque yo quiero.
No hay paso atrás en mi conjuro,
tu auto control es cero.
Me añorarás, sí. ¡Te lo juro!
Tus noches serán embrujadas
con mis dulces susurros
y en tus sueños mostraré espíritus oscuros.
Voy a gozar de tu inquietud.
Tranquila, sin apuros.
Eres tormenta en ataúd o grito mudo entre los muros
de tu asilo interior.
Esclavo, te hago el favor de encantarte con mi amor.
Te salvo de la prepotencia.
Yo te regalo impotencia.
¿No has sabido encontrarme?
¡Te enseño a necesitarme!
Cariño, no puedo perderte,
¡nuestro amor es para siempre!
En este spleen tan prepotente,
víctimas de nuestra mente.
Amor, mi magia es letal.
Contagia tu alma inmortal.
Te hundo en la quietud, mi cama es tu ataúd.
Te cubro con oscuridad, la nada hoy es tu verdad.
En toda esta circunstancia, serás necesidad y ansia.
Amor brutal, incongruente.
¡Promesas falsas para siempre!
Amor carnal y dependiente,
juegos absurdos con tu mente.
Amor casual, impertinente,
amor eterno del presente.
Tú dices no, yo quiero verte,
las cosas no van diferente.
Orgía de almas ciegas,
con mi hechizo ya no frenas.
No habrán peleas ni fracaso,
¡ni frustración a todo paso!
Me amarás sin tu permiso
y con la vista poseída
¡caminarás por donde piso!
Las puertas de mi hogar serán tu orientación
y entre tinieblas de mi alma
encontrarás tu salvación.
Me amarás sin controlarlo.
Tu voluntad ya desvanece
mientras mi hechizo crece,
¡no hay forma de pararlo!
Me amarás porque yo quiero.
No hay paso atrás en mi conjuro.
Tu auto control es cero.
Me añorarás, sí. ¡Te lo juro!
La alucinación no para,
sólo la muerte nos separa.
Aunque este amor va disfrazado,
¡me amarás desesperado!
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4. |
Mi herida reina
02:07
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Quiero volver
a la era
de los siete amantes.
Mi cuello olía a tren descapotable
y a minoría de edad.
Cualquier nota me hacía bailar,
respirar me llenaba de puertos.
La vida entonces
no era lo suficientemente densa
para amontonarse
sobre sí misma.
Mis pulmones eran el centro del Mediterráneo.
El menor roce hacía que me estremeciera
porque tenia la carne tierna,
el corazón sin duricias.
La noche era fresca y turquesa,
todas las veces eran la primera vez
y por fiestas bajábamos corriendo
a la plaza del pueblo
a bailar,
a bailar como locos,
y cuando sonaba el último tema,
nadie hacia amago de marcharse.
Quiero volver
a la era
de los siete amantes.
Ésa es mi herida reina:
todo lo demás es mentira.
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5. |
5. Qué bonito
02:25
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Qué bonito el frío
Qué bonitos los dedos helados
Qué bonita la luna llena y la hermana de Venus
Qué bonito volverme sola a casa
Qué bonitos mis pechos, mis manos
Qué bonita Nut desde mi ventana
Qué bonito complacer por compasión
Qué bonita mi cama con sábanas limpias
Qué bonita yo en el espejo
Qué bonito el frío
Qué bonito el invierno
Qué bonito el recuerdo
Qué bonitos mis zapatos nuevos
Qué bonita la soledad compartida,
que si no se emborracha se nos queda dormida
Que bonito el camino
Que bonito el reflejo
Qué bonito el momento
Qué bonita la lágrima
Qué bonita la página
Qué bonito el pensamiento
Qué ciego estás que no sabes ver lo bonito.
Y yo como una idiota
escribiendo mientras tú te embriagas
mientras la otra llora
y la otra arruga páginas
y la otra fuma las cenizas de estas palabras
y no sabemos
no sabemos el recorrido
de las líneas de la mano
que escribe estas palabras
pero las repetimos como una letanía
como una letanía y se me quedan los dedos helados
y qué bonito
qué lástima con todas las letras.
Hubiéramos hecho sonrojar al más grande de los poetas.
Pero aquí empieza la derrota.
Y no es mi culpa.
Cumplí mi parte y no doy más.
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6. |
Nocturno
02:30
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Te habías quedado medio dormida en mi regazo.
Estabas inquieta
y tenías frío.
Yo habría incendiado la raíz de la noche para calentarte,
porque tú nunca tienes frío,
pero esa semana había llovido
y la luna estaba aún
húmeda y cortada,
y cuando la luna está así
la noche es un mechero sin piedra:
No se puede hacer nada para toser una chispa.
Así que sólo te tapé con una manta.
Tú te la apartaste un poco del pie izquierdo
con esa forma tan tuya de apartar las cosas,
como si fuese un mechón de pelo
o una rama.
Yo me quedé despierta
observando como te movías de un lado al otro del colchón,
sin respirar demasiado;
vigilando que tu sombra
no cayese de la cama
y se rompiese una costilla,
buscando una enredadera polar
que me ayudase a trepar al otro lado de la noche,
donde tú estabas.
Yo no paraba de dar vuel
tasvueltas vuel
tas vuel
tas
vuel
tas
al filo del insomnio,
afligida
porque no podía llenarme la mano de lluvia tibia y ofrecértela
porque no podía llenarme la mano de luz y ofrecértela
porque no podía llenarme la mano de brasas y ofrecértelas
porque no podía, no podía, no podía.
Entonces cerraste los dedos
inconscientemente
sobre mi mano
y no te importó que antes estuviese vacía.
No te importó siquiera
que tuviese los dedos congelados.
No te lo dije,
pero nunca te he querido
tanto como entonces.
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7. |
Primavera
03:01
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He cortado la cabeza de todos mis amantes.
Está bien. Es primavera y sonrío entre los cadáveres.
Con cerberos de plástico y en manos carentes de afecto,
el tiempo ya no mueve ningún peón.
Yo espero que me esperes.
Quiero morder tu oreja tan fuerte que te la deje ensangrentada,
quiero dibujar cicatrices con mis uñas en tus brazos
y lamer tu epidermis hasta despellejarla.
Vamos a causarnos lesiones físicas.
Dejemos la soledad colectiva para determinar el resultado final.
Es sólo un pseudo motivo para el tormento existencial.
Mientras tanto los pájaros vuelan para despertarnos envidia.
Quiero golpearte y dejarte el derecho de golpearme también.
No me importa que estás haciendo aquí, cuanto piensas quedarte,
ni si te voy a volver a ver.
No me importa si tienes o no tienes,
si eres, tratas de serlo o ni siquiera.
No me importa si no te importa, me importa poco.
Durante un momento, siéntate a mi lado.
Durante un momento, no te apresures.
A partir de ahora, podemos empezar a olvidarlo todo.
Ya no pienso en nada.
Ya no pienso en.
Ya no pienso.
Ya no.
Ya.
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8. |
Esferas
01:58
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Nuestra primera noche se repite en bucle.
Palpita el universo en el ombligo de mi cama.
Esferas de color eléctrico
iluminan las torres de los solitarios.
Prometiste
no rasgar
las páginas de mi libro.
Yo confío
y alimento con el vértigo
los acordes del relámpago.
Ése que no vieron los militares
ni los hombres de ciencia
-desertores del amor-
por miedo.
La culpa es del pianista eléctrico de la medianoche
que otra noche descarga la primera melodía
en las torres de los solitarios,
distorsionando en mis sábanas
los versos súbitos de una tormenta
que aún no existe.
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PALABREADORXS Valencia, Spain
PALABREADORXS es la coleción 100 % Spoken Word de El Petit Editor. Se dice “voz” poética. Y de eso va esta colección: de voces. De palabras saliendo por la boca. De su música redentora ante tanta lectura aburrida: poesía igual atonía. Poemas para leer en voz alta. Poemas donde poner el cuerpo y el rostro y palabrear sin parar. Poetas vivos. Poesía con vida. ... more
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